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De cómo se amontonan las fantasías, asfixiando al fantasioso.

De cómo un contacto habitual deviene en existencia palindra.

De cómo hay aversión a tu propio reflejo.

De cómo Yo devoro un domingo, y no al revés, como viene siendo habitual.

De cómo el casamiento elimina raíces infanto juveniles.

De cómo la noche inquieta y da pavor.

De cómo se anhela la conquista de la imperturbabilidad.

De cómo se recorren senderos en la noche, vigilados por la incertidumbre del ocaso lunar.

De cómo al recorrer la Iberia profunda se impone la melancolía de su historia.

De cómo sobrevienen los mundos paralelos sinápticos.

De cómo diciembre arroja una luz devastadoramente melancólica.

De cómo se interactúa entre gorros, cloro y música.