19 Jan
19Jan

Ha sido al pasear esta mañana, temprano, con las calles bulliciosas tras la apasionada madrugada, cuando he visto de nuevo esos arbotantes, en el cielo, suspendidos...Y me he preguntado por los míos, por los que me sostienen a mi, si es que lo hacen, si es que los tengo, si es que no estoy en un sueño, embriagado de realidad ficticia.


El rojizo héroe de la adolescencia mantenida grita al firmamento los vaivenes de los amantes, que vienen y van, defiende la existencia del mantenimiento del camino en la oscuridad y de la ilusión, el mantenimiento de la ilusión...Han sido 25 años de mantenimiento de pautas, reflexiones, conductas y sentimientos...Han sido 25 años de extraños senderos...No sé, desde este presente alborotado, si debo cerrar el círculo iniciado, si debo finiquitar ese brindis solitario que aún perdura, que yo mismo me obsequié en un acto de auto- homenaje, elevando ante mí una especie de promesa ingenua...Y ahora puedo recoger ese brindis formulado como una apuesta enmascarada, y, definitivamente, cerrar todo, terminar de trazar el grueso, absurdo y pasional círculo vital...Hacer descender el botellín espirituoso...Cuando tú eras mía, y la noche de un junio agonizante dejaba con indiferencia, paso al albor de un julio eterno, paso a 25 años de vacío.


¡Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal,

pero agota el campo de lo posible!

Deambulo buscando respuestas sin preguntas, pero me he vuelto a preguntar por los arbotantes de mis emociones. Y veo que salvo mis años, nada ha cambiado sustancialmente en mi, que los cielos nocturnos de abril son fermosos, claros y estrellados, y que aunque ya no tengo héroes, sigo buscando el refugio en los mismos términos y en las mismas condiciones que antaño...Errores del pasado, aprendizajes estériles...¿para qué cerrar círculos?¿Para empezar otro?


Epicureando. No creo en nada. Todo es una mentira fútil, y ni desde la perspectiva absolutista que tengo desde mis ventanales existenciales, me atraen palabras amables, gestos de simpatía o abrazos tiernos.


Descreído de todo, de esas fantasías etéreas, contemplo con cierto interés sus bases y cimientos; no hago más que atormentarme en el error, en las pisadas sin retorno, en los silencios forzados, en mis libertades nunca conquistadas.


Veo otro círculo, contemplo otro círculo, está siempre entre mis expectativas; círculo que ha de apretarme y agobiarme, sintiéndome atraído hacia su irregular y áspero contorno...Ya estuve dentro de uno una vez...Y conseguí escapar, pues me faltó valor. 

Quiero cerrar definitivamente el círculo, conmigo dentro para siempre, de junio a junio, de noche de junio a noche de junio, con palmeras y pianos de abriles eternos, porque otros 25 años no van a aparecer más sobre el horizonte desolado de mis estrellas.

Así que voy a coger el tren nocturno, el siguiente que aparezca por este andén absurdo en el que espero y espero. Parará, ese tren parará, y esta vez, lo cogeré para no volver, me lleve a donde me lleve.

Te quiero, dulce lluvia de abril, que pareciste un amanecer, cuando era la tarde la que caía sobre mí.



https://www.youtube.com/watch?v=mcghuWHVx20

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